Jóvenes, ancianos y enfermos mueren de hambre en Gaza: “No hay nada”
Después de 21 meses de un conflicto devastador con Israel, los civiles más vulnerables de Gaza se enfrentan a lo que los grupos de ayuda llaman una hambruna inminente
Los hospitales de Gaza han luchado desde el comienzo de la guerra para hacer frente a la afluencia de palestinos heridos y mutilados por los ataques aéreos israelíes y, más recientemente, por los tiroteos destinados a dispersar a las multitudes desesperadas que se abalanzan sobre los convoyes de alimentos o se dirigen a los centros de distribución de ayuda.
Ahora, según los médicos del territorio, un número cada vez mayor de sus pacientes sufren, y mueren, de hambre.
“Ahora mismo, nadie en Gaza está a salvo de la hambruna, ni siquiera yo”, dijo el Dr. Ahmed al-Farra, jefe de la unidad pediátrica del Hospital Nasser, en el sur de Gaza. “Les hablo como funcionario sanitario, pero yo también busco harina para alimentar a mi familia”.
El Programa Mundial de Alimentos, una rama de las Naciones Unidas, declaró esta semana que la crisis de hambre en Gaza había alcanzado “nuevos y asombrosos niveles de desesperación, con un tercio de la población sin comer durante varios días seguidos”.
El Dr. al-Farra afirmó que el número de niños que mueren por desnutrición había aumentado drásticamente en los últimos días. Describió escenas desgarradoras de personas demasiado agotadas para caminar. Muchos de los niños que atiende no tienen ninguna condición médica preexistente, explicó, poniendo como ejemplo a Siwar Barbaq, quien nació sano y ahora, a los 11 meses, debería pesar unos 9 kilos, pero pesa menos de 4 kilos.
Tras 21 meses de devastador conflicto, desencadenado por el mortífero ataque liderado por Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023, la falta de alimentos y agua está afectando gravemente a los civiles más vulnerables de Gaza: jóvenes, ancianos y enfermos.
El Ministerio de Salud de Gaza ha reportado más de 40 muertes relacionadas con el hambre este mes, incluyendo 16 niños, y 111 desde el comienzo de la guerra, 81 de ellos niños. Los datos no pudieron ser verificados de forma independiente.
A lo largo de la guerra, agencias de la ONU y grupos de ayuda independientes han acusado a Israel de permitir la entrada de muy pocos alimentos a Gaza, advirtiendo de una hambruna inminente para sus más de dos millones de habitantes. Durante gran parte de ese tiempo, Israel ha afirmado que llegaban suficientes alimentos a Gaza, culpando de los problemas a los desvíos de Hamás y a la mala gestión de los grupos de ayuda.
Niños esqueléticos y de ojos hundidos languidecen en camas de hospital o son cuidados por sus padres, quienes contemplan con impotencia las costillas y los omóplatos salientes, y las extremidades demacradas que parecen palos quebradizos. Las escenas inquietantes contrastan marcadamente con la abundancia que existe a solo unos kilómetros de distancia, al otro lado de las fronteras con Israel y Egipto.