Pymes y hogares, excluidos del sistema crediticio: el impacto de las tasas más altas de la historia
Avalado por el FMI y con la eliminación de LeFIs, el nuevo régimen monetario disparó las tasas: financiamiento para empresas supera el 550%
El acceso al crédito en pesos para empresas y familias argentinas enfrenta una nueva fase de tensión extrema, impulsada por el reciente salto en las tasas de interés. Esta dinámica responde directamente a los cambios en la política monetaria implementados a mediados de año, específicamente la eliminación de las Letras de Financiamiento (LeFIs) y la adopción de un esquema basado en el control de agregados monetarios, estrategia que cuenta con el aval del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Estas modificaciones estructurales alteraron profundamente el funcionamiento del mercado de dinero, generando una marcada volatilidad en las tasas y transformando drásticamente las condiciones de financiamiento para el sector privado.
Los datos del Banco Central (BCRA) revelan el impacto concreto: los adelantos en cuenta corriente, herramienta esencial para la liquidez inmediata de las empresas, alcanzaron una Tasa Nominal Anual (TNA) del 191%, equivalente a una Tasa Efectiva Anual (TEA) del 551%. Se trata del nivel más alto registrado desde el inicio de la serie estadística en 2009.
Al contrastar estas tasas con una inflación esperada del 20%-25% para los próximos doce meses, el costo financiero real se ubica en aproximadamente el 440% anual. En términos prácticos, esto significa que un crédito destinado a gastos operativos puede duplicar su saldo en apenas cuatro meses.
Las pequeñas y medianas empresas (pymes) cargan con el peso más severo de esta situación, dado su alto nivel de dependencia de estos adelantos para financiar el giro diario del negocio. Con una tasa efectiva mensual del 16,7% frente a una inflación proyectada del 2% mensual, el costo real del financiamiento se ha vuelto "insostenible", erosionando severamente los márgenes de rentabilidad y forzando a muchas compañías a liquidar activos o utilizar capital propio para cubrir necesidades operativas básicas.